Trabajo en bodega de vino

Viviendo en la región vinícola por excelencia de Chile, no podía menos que acabar trabajando en una bodega. Así que tras recibir la propuesta de unos amigos franceses de Curicó, no lo dude mucho tiempo. Y pase de ser guía turístico a bodeguero de un día para otro, después de la despedida de mis amigos.

Poco a poco fui introduciéndome en el apasionante mundo del vino, conociendo el proceso de su elaboración desde los primeros pasos. Y dentro del desarrollo de su preparación, mi función básicamente consistía en la realizar todos los movimientos que requiere el jugo dentro de las cubas, llevando el control de su temperatura y densidad.

Lo bueno fue que el ambiente de trabajo era muy agradable, y me permitió integrarme más a fondo en la cultura chilena. La sorpresa fue descubrir las duras condiciones laborales a las que se ven sometidos los trabajadores temporales chilenos, trabajando más de 12 horas al día de lunes a domingo, por el sueldo mínimo. Una cantidad ridícula que difícilmente llega para que pueda vivir una familia. Esto tiene como consecuencia una falta de motivación de gran parte de los trabajadores, que se ven despreciados por las empresas que les contratan cada temporada.  

A pesar de todo, pude compartir muy buenos momentos dentro y fuera de la bodega, casi siempre acompañados de ricos asados chilenos.


Bodega
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