13-17 de Febrero de 2010: Torres del Paine I

El Parque Nacional Torres del Paine supone un ansiado objetivo, esperado desde el comienzo de nuestro viaje por el sur de Chile.
Prácticamente todos los cálculos durante el viaje los hicimos en función de reservar el mayor número de días para hacer senderismo en el parque. Gracias a la suerte que nos acompañó para recorrer la Carretera Austral y la Ruta 40 sin perder ningún día, logramos tener 5 días. Aunque al final no fueron suficientes para realizar el circuito completo denominado la "O", y tuvimos que conformarnos con la clásica "W" un poco ampliada.

1 día: Pudeto - Campamento el Paso. 23 km (9 horas caminando)

Habíamos reservado el bus de ida desde Puerto Natales el día anterior, y a las 7:00 ya nos estaba esperando en la puerta del hostal. Poco a poco se fue llenando, lo que empezó a asustarme por la temida masificación que esperaba encontrar en un parque tan famoso. Debido a esto y a que las condiciones meteorológicas iban a ir mejorando, decidimos hacer la ruta en dirección oeste-este. De esta manera evitábamos encontrar demasiada gente durante el camino, y teníamos la motivación de llegar a las Torres el último día.

El primer día empezó muy tranquilo, con un pequeño paseo hasta el Salto Grande mientras hacíamos tiempo para que zarpase el ferry con el que cruzaríamos el Lago Pehoé. Una vez en el ferry pudimos disfrutar ya de la primera vista de Los Cuernos, parcialmente cubiertos por las nubes. Fue increíble contemplar estas formaciones graníticas desde el medio del lago y el abanico de colores irreales que rodeaba todo.

Desembarcamos y empezamos a caminar por un sendero, guiados fácilmente por una buena señalización, lo que hace imposible perderse en todo el parque. Al rato de comenzar nos fuimos acercando lentamente a otra gran masa de agua, que recibe el nombre de Lago Grey. Este lago además esconde una gran sorpresa, que ya empezamos a sospechar por los pequeños iceberg que iban poco a poco apareciendo.

Por un lado un gran cordón montañoso con ventisqueros y por el otro el lago nos iban marcando el camino, siempre acompañados de una vegetación de media montaña, muy marcada por el fuerte viento y la nieve. A lo lejos lográbamos divisar el premio del día, el Glaciar Grey, que nos atraía inevitablemente más allá del primer campamento. Así que, aprovechando el gran número de horas de luz en territorio austral, nos internamos aún más en el Campo de Hielo Sur, deleitándonos con tan sobrecogedor paisaje.

Sin luz y sin fuerzas, pues el último tramo discurría por una subida mantenida, llegamos al Campamento el Paso agotados pero maravillados con todo lo visto durante el día.

2º día: Campamento el Paso - Campamento Italiano. 30 km. (9 h.)

Sabíamos que nos esperaba un día largo si queríamos cumplir el objetivo del día, pero la mañana se levantó realmente helada y se hacia muy duro salir del saco, por lo que esperamos que se calentará algo más el ambiente y con mucha fuerza de voluntad logramos empezar el día.

Para evitar ir con demasiada gente en el recorrido nos habíamos propuesto madrugar todos los días, aunque nos alegró ver que finalmente no había tanta como pensábamos, pudiendo disfrutar más puramente la belleza del lugar.

Retomamos el mismo camino, pero esta vez de regreso, dando la espalda al gran glaciar pero sin poder evitar echarle alguna miradita más de vez en cuando.

Llegamos de nuevo al punto de partida del día anterior cuando descendimos del ferry, y nos lanzamos sin descanso dirección a la recompensa de la jornada. Pues se alzaban frente a nosotros el macizo principal del parque, donde podíamos apreciar ya los Cuernos y el cerro Paine Grande.

Apurando de nuevo la luz y las fuerzas, finalizamos un día intenso en distancia, pero fue el precio a pagar por haber disfrutado de un recorrido más extenso que el circuito oficial. Y esta vez si que pudimos sentir la gran afluencia de visitantes, pues el Campamento Italiano se encontraba rozando el aforo máximo, y se hizo más complicado encontrar un sitio para plantar la carpa. 

Rodeados por el sonido de voces, logramos conciliar el sueño, aunque no fue una noche tranquila ya que nos encontrábamos en un valle con varios ventisqueros en los que se producían avalanchas, y el ruido que las acompañaba era realmente atronador.


Torres del Paine I
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