Marie&Miguel

La selva nos recibió con un golpe de humedad y varias picaduras de mosquito, ansiosos por la sangre extranjera, su preferida según los lugareños. Nada más salir de pequeño aeropuerto nos rodeó una vegetación exuberante que, como pudimos ver desde el avión, cubría grandes extensiones.

La ciudad de Puerto Maldonado se encuentra dentro del departamento de Madre de Dios, que forma parte de la Amazonia peruana. Estos días en la selva fueron organizados por Aurelia y Franz como parte de su viaje de novios, así que todo estaba dentro de un pack turístico que incluía alojamiento en cabañas, comida y las visitas guiadas dentro de la Reserva Nacional de Tambopata.

Los anchos cauces de los ríos son la vía de transporte entre los poblados, y a nosotros nos servían para recorrer la selva y llegar a los senderos que discurrían por la reserva. Dentro de ellas disfrutamos de la increíble espesura del bosque tropical y su gran diversidad de especies animales y vegetales. Entre otros animales, pudimos ver varias mariposas de gran tamaño y muchos colores, hormigas del fuego, termiteros, varias aves, monos capuchinos y aulladores, tortugas, y hasta unos caimanes muy bien escondidos. Y dentro del mundo vegetal, infinidad de flores, lianas, extraños frutos de muchas formas, árboles enormes y otros que caminan!!

Fue una bonita experiencia como primera internada en la selva, aunque como todo lo demás durante nuestro viaje en Perú, “express” y demasiado turístico. Era muy grande el contraste entre lo salvaje de la naturaleza y la comodidad urbanita del alojamiento.

Nos despedimos de la selva con ganas de haber pasado más tiempo, pero sobre todo con la esperanza de volver en otra ocasión y cumplir el sueño de poder trabajar en la Amazonia.