9-12 de enero : Camino Inca a Machu Picchu

El camino inca recorre gran parte de Sudamérica, pero para empezar decidimos hacer un pequeño ramal, el que va desde Cusco a Machu Picchu y que pasa por varios restos arqueológicos importantes.
Al ser una ruta que requiere de especial conservación, es obligatorio realizarla dentro de un grupo con guía, así que no nos quedo más solución que contratarlo y además reservando con 2 meses de antelación porque los cupos son limitados.
El paquete turístico contaba con 2 guías y 9 porteadores que se encargaban de llevar la comida y las carpas, lo que facilitaba más aún que cualquier persona pudiese realizarlo. En nuestro grupo éramos 14 personas, todos argentinos menos una pareja de colombianos, y por suerte conectamos todos desde el principio.

Fueron 4 días intensos, levantándose a las 6 de la mañana y caminando una media de 10 km. por día con desniveles importantes, sobre todo el segundo día donde alcanzamos los 4200 m. Durante el camino los guías nos fueron contando los detalles de la civilización inca y las características de los restos que iban apareciendo, lo que hacía muy ameno el paseo. También hubo momentos para la tranquilidad durante el 2º día, ya que por su dureza preferimos ir a nuestro ritmo, y siguiendo los pasos de Marie pudimos disfrutad de la soledad y deleitarnos con los increíbles paisajes.

La gente que no estaba acostumbrada lo paso algo mal por la altitud, pero la verdad es que fue una caminata muy relajada, sin tener que llevar ni montar la tienda, ni tener que pensar en la comida, ya que también contábamos con un genial cocinero que nos tenia preparados exquisitos manjares cuando llegábamos cansados al campamento. Era impresionante ver a los porteadores andando relajados con sus sandalias y cargando tremendas mochilas.

Finalmente tuvimos nuestro premio llegando a Machu Picchu, que apareció tras las nubes que nos acompañaron todos los días. Fue un momento mágico cuando se despejaron las nubes y se nos descubrió esta maravilla, ya que es indescriptible la integración que tiene con el paisaje. Luego recorriendo la ciudad inca aún impresiona más su construcción e ingenio, aprovechando las formas de la montaña, en armonía con el entorno.

Así, y tras algunos problemas con los pasajes de tren que nos retuvieron en Aguas Calientes más tiempo del que queríamos, llegamos a Cusco a las 2 de la madrugada cansados, sucios y mojados, pero con un bonito recuerdo que nunca se nos olvidará.

Camino Inca
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